"En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús,
diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?
Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de
ellos,
y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y
os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Así que, cualquiera que se humille como este niño,
ése es el mayor en el reino de los cielos.
Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como
este, a mí me recibe."
Alguna vez te has preguntado ¿Por qué Jesús
indica que hay que ser como niños para entrar en el reino de los Cielos?
Si! Como niños! Esos que te desarreglan la
sala, que se les antoja comer justo cuando acabaste de limpiar el comedor J Que van a tu cuarto en la mañana (o casi madrugada)
a despertarte porque ya salió el sol, que patalean y gritan si no les das lo
que quieren… como niños! Aunque no lo creas, tenemos tanto que aprender los
niños!
Esta mañana mi primita de 3 añitos se puso a
llorar porque le di una mandarina, pero no se la di como a ella le gusta.
Quince minutos después, me vio pasar hacia la cocina y me regaló una auténtica,
hermosa sonrisa! Esto fue lo que me hizo recordar el día de hoy lo importante
que es ser como niños. Los niños se enojan, patalean, hacen “berrinche,” pero
eso no significa que ya no te quieren, sus sentimientos son puros, al poco
tiempo te abrazan y te regalan esa hermosa sonrisa! Los adultos, en cambio, ni
siquiera aceptamos una “crítica constructiva” porque ya nos ofendemos, damos la
espalda, nos alejamos, maquinamos pensamientos de venganza, guardamos
resentimientos por lo que pasó hace 10 años, etc. O … me ha pasado solo a mi? J
Si! pasa! Pero lo diferencia es que ahora el
Espíritu Santo me redarguye y ya no me deja desearle mal a nadie, ni tan
siquiera que se me cruce un pensamiento como esos, porque me exhorta… o me
disciplina … ouch!
Salmo 51:10-12 dice:
"Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva
un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu
santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble
me sustente."
La Palabra de Dios nos recuerda que debemos
tener el corazón inocente de un niño para amar, para ser auténticos, ser
humildes, para aprender, para perseverar, y para perdonar!
Hoy Seamos como niños. Dejemos a un lado las
dobles caras y seamos auténticos. Aprendamos a escuchar y aprender aun de lo
que no nos gusta. Seamos humildes. Dejemos a un lado la ofensa. Perseveremos en
nuestros trabajos, estudios, salud y demás metas. Tengamos un corazón puro.
Confesión de Fe
Padre Celestial, hoy vengo delante de ti y
me humillo como un niño ante Tu Presencia. Reconozco que necesito a Jesús como
mi Señor y Salvador, y al Espíritu Santo para que me exhorte, me instruya y me
redarguya a ser como niño. Hoy decido perdonar toda ofensa y te pido que me des
un corazón limpio, puro e inocente, que mi espíritu sea recto y noble. Gracias
Señor porque por medio del sacrificio de Jesús quien murió por mis pecados e
iniquidades hoy puedo dejar atrás mis faltas y pedir un corazón limpio. Gracias
Señor porque Jesús resucitó y juntamente con El, hoy resucita todo lo que
estaba muerto o en tinieblas en mi vida. Amén.
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