jueves, 10 de enero de 2013

Resoluciones 2013- Ser La Sal y La Luz del Mundo


Es el día 10 de este nuevo año. Muchos ya tenemos nuestras metas y resoluciones de año nuevo, y algunos siguen trabajando en terminar esa lista. Es un momento ideal para preguntarnos a nosotros mismos y a Dios: En que podemos mejorar?

Trazar metas es muy importante y aquellos que nos llamamos cristianos o creyentes no podemos comenzar el año sin metas.
Daniel 11:32b menciona que "...el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará." El pueblo de Dios no puede comenzar este año de brazos cruzados, debemos esforzarnos y actuar!

Primeramente, debemos proponernos buscar mucho más que nunca antes el Reino de Dios!
Mateo 6:33 señala: "Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas." Esa debe ser nuestra primera meta y es la meta que si logramos, causará el rompimiento para lograr todas las demás.

El martes 01 de enero recibi un mensaje de año nuevo de parte de unos buenos amigos que están encargados de pastorear jóvenes. Mi mensaje para ellos fue algo que sentí de parte de Dios: "porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes- afirma el Señor-, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza" (Jeremias 29:11). Al escribirles esto, también medité en esa palabra. Es necesario considerar los planes que Dios tiene para mi antes de trazar metas y también es importante que mis planes estén alineados a los planes de Dios.

Este domingo, mientras estaba en la iglesia, en medio de la adoración le pedía al Señor que pusiera de Su Fragancia en mi vida, que en mis poros se perciba el transpirar del Espíritu de Dios, para que yo pueda acercar mas personas a El a través de mi testimonio. Pedía ser luz en medio de la oscuridad, y que cuando otras personas vean esa luz, se interesen en eso que Dios ha puesto en mi y se apasionen por acercarse más a Dios. Al comenzar el mensaje, el Pastor Bagwell abrió con ese versículo: Jeremías 29:11, confirmando la Palabra de Dios. Además, al mensaje que predicaba añadió: "No es posible que nos hayamos relacionado con personas por años y que esas personas con las que nos relacionamos no hayan percibido la luz de Cristo, ni se hayan acercado más a Dios a causa de esa luz."Estoy totalmente de acuerdo con esto. Causaremos un verdadero impacto hasta que la luz de Dios esté en nuestras vidas y que el fruto del Espíritu se refleje en nosotros.

Mateo 5:13-14 dice: "Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse."

Nuestras actitudes, nuestras acciones, emociones y reacciones deben dar sazón a este mundo y alumbrar en medio de la oscuridad. En todas las esferas en las que nos movemos: trabajo, estudios, familia, etc. debemos hacer las cosas con excelencia. No podemos ser de los cristianos que oran y no hacen nada, siendo mediocres en el trabajo, en los estudios y en la familia, sin mencionar en su relación y búsqueda de Dios. Tenemos que ser excelentes! Debemos ser esforzados y actuar; debemos reflejar amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza! Dejemos de quejarnos o reaccionar de manera errónea y comencemos a decretar y a vivir la Palabra de Dios!

Marcos 9:50 dice "Buena es la sal; mas si la sal se hace insípida, con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos; y tened paz los unos con los otros".
Un creyente no puede seguir siendo insípido.

Si has considerado estas cosas en tus resoluciones y metas para el 2013, adelante!
Si no,  propongo que este año 2013 tengamos como meta ser luz y sal como nunca antes, ser excelentes en todo, para que por medio de nuestro testimonio, las personas a nuestro alrededor anhelen acercarse más a Dios. Qué podemos hacer hoy, no mañana, para ser esa luz y esa sal?

Confesión de Fe

Padre Celestial,
En este día, y durante todo este 2013 me propongo ser esa luz que alumbre en medio de las tinieblas y esa sal que de sabor a la tierra. Señor Jesús, te confieso como el Señor de mi vida y mi Salvador. Gracias por morir por mis pecados y llevar en esa cruz el pecado que me ataba, la insipidez que había en mi vida, la oscuridad que me oprimía. Hoy llevo mis cargas a esa cruz y declaro que soy un nuevo hombre, una nueva criatura en Cristo Jesús! Por el poder de la resurrección de Cristo, todo lo que estaba muerto en mi vida resucita para llevar la luz y la sal a este mundo y llevar a otras personas más cerca de Ti!












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